Una pregunta muy frecuente en la vida de todo padre/madre… ¿Deben hacer algo los niños después de clase? La oferta de actividades educativas, deportivas y de otras índoles es muy grande. Te proponemos algunos consejos para elegir las que mejor se adapten a sus necesidades.

La gran mayoría de los padres y madres quieren que sus hij@s complementen su educación participando en actividades formativas fuera de su horario escolar, tales como las actividades extraescolares. Este tipo de actividades cumplen además la función de extender la jornada escolar de los jóvenes, para que sus padres y madres puedan cumplir con sus tareas laborales u otro tipo de obligaciones, mientras l@s peques se divierten practicando su deporte favorito o aprovechan para ganar conocimientos en otras disciplinas distintas a las que se imparten en el colegio.

¿Son convenientes?

Los expertos coinciden en que las actividades extraescolares son beneficiosas para los niños porque favorecen su desarrollo personal y las relaciones sociales con sus amigos o compañeros de clase, en un ambiente diferente. El desarrollo de actividades extraescolares está relacionado con un mejor nivel de educación y rendimiento académico, y una mayor madurez personal y social. Además, organizar y supervisar parte del tiempo de ocio de los menores puede evitar actitudes o comportamientos inadecuados.

Sin embargo, es muy importante contar con la opinión del menor a la hora de seleccionar el tipo de actividades que va a desarrollar, porque el niño puede verlas como una imposición y terminar aborreciéndolas.  Si bien la decisión no puede recaer solo en él o ella, si debemos tener en cuenta sus aficiones, y quizá nos sorprendan. Aunque el padre hubiese querido ser una estrella de fútbol, y ponemos por ejemplo el deporte rey, es posible que su hij@ se incline más por el baloncesto o por el ballet clásico, por lo que no debe considerar que lo mejor es darle la oportunidad (que no tuvo él) de llegar a ser un gran campeón, incluyéndole en el equipo de fútbol infantil del colegio o del barrio. Por el contrario, lo mejor es hablar con el niño y proponerle distintas actividades, tanto deportivas como culturales y de ocio, para que él señale las que más le interesan.

Puede ocurrir que comience alguna de ellas y descubra posteriormente que no le agrada o no se le da bien (sobre todo en el caso de los deportes). En ese caso, tampoco pasa nada por cambiar a otra, hasta dar con la que más se adapte a sus gustos y posibilidades. Es aconsejable combinar actividades deportivas y de ocio, con alguna de tipo académico que aporte un valor añadido para el futuro del estudiante, como los idiomas y la informática.

Info extraida de Centro Médico Online